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Comó tomar una decisión difícil: 4 trucos probados

A casi nadie le gusta encontrarse ante una decisión difícil. El temor de la responsabilidad de ser la persona que eligió el camino errado, no es algo que quisiéramos enfrentar.

Cualquier decisión que afecte tu vida muy probablemente te quitará el sueño. Así que la mayoría dejamos para después el tomar cartas en el asunto, y eso solo empeora la situación.

¡No tienes que sentirte mal si tiendes a postergar!, pues te encuentras en esta encrucijada junto con el 99% de las personas. Solo debes replantearte el problema y corregir dicho error.

Sigue leyendo para conocer las 4 estrategias que te ayudarán a convertirte en una persona más asertiva, decidida y feliz. La verdad puedes facilitarte todo el proceso analizando las siguientes posibilidades.

1.- Ten una idea clara de tus objetivos y de lo que realmente quieres

Saber lo que quieres, es primordial para tomar la decisión adecuada. A pesar que hay ocasiones en que ninguna de las opciones es agradable, tener una idea clara de cuáles son tus metas te ayudará a decidirte entre 2

alternativas poco atractivas.

De esta manera verás que cuando te encuentres en caso de dudas; el analizar lo que deseas, o saber hacia dónde te diriges volverá más sencillo el proceso.

Si todavía después de aclarar tus metas, te surge alguna “laguna existencial”, una buena estrategia es pretender que le estás dando consejo a un buen amigo.

Esto se debe a una sencilla razón: muchas veces las emociones nublan nuestros pensamientos.

Imagina que eres tu mejor amigo, y plantéate los riesgos, formúlate preguntas o sugiérete asuntos sobre los que debes investigar antes de proseguir.

Claro que requerirás concentración, pero ver el problema con nuevos ojos, ayuda a descubrir lo que realmente queremos y hacia dónde dirigirnos.

Lee nuestra guía sobre los Objetivos SMART: Cómo escribirlas y en que te ayudan

2.- No realices ninguna elección basándote en suposiciones

Una vez hayas tomado la decisión, ¡es hora de confiar en ella!

No escuches a personas escépticas, que no están a favor,  y sobre todo ¡olvídate de tus dudas!

Cuando te encuentras entre una encrucijada que afecte de manera seria tu vida, de repente todos tienen “algo que decir”.

Escucha, analiza y aprende, pero nunca sin antes investigar la realidad de los hechos.

Recuerda que no todas las personas te proporcionarán una opinión informada, muchas veces la decisión correcta no es la que tiene la mejor aceptación entre las personas que te rodean.

Si te sientes presionado para tomar una decisión que se vea bien, da un paso atrás y examina tu razonamiento. Si no puedes encontrar una buena respuesta, es porque “ese camino” no te conviene.

Otro gran obstáculo que enfrentamos es tener demasiada información para analizar al momento de decidir algo puntual.

Es verdad que es importante tomar una decisión sabia, pero si te sobrepasas, lo único que sucederá es que te llenarás de datos irrelevantes que harán el proceso más abrumador.

Cuando sentimos que no tenemos la información adecuada o completa, nuestro cerebro se pone alerta y nos lleva a prestar más atención y a encontrar datos importantes.

¡Esto está perfecto!, pero también nos provoca darle valor a datos con poca relevancia.

Si empiezas a analizar todos los pormenores de cualquier problema, lo más probable es que te sientas sobrepasado y postergues la acción.

Así que recuerda esto cuando pidas consejos:

1. Solamente recurre a uno o dos amigos que a la mejor no son los más cercanos a ti, sino los que creas que saben más acerca del tema.

2. Hablar con más personas solo hará de tu vida una telenovela, y recuerda que esas nunca salen bien.

3. También adopta la regla de los 2 minutos para las elecciones pequeñas y que no son determinantes en el rumbo de tu vida; es decir, no tardes más que el tiempo establecido y decide lo que vas a hacer.

Si no resulta, siempre podrás recomponer el camino.

Recuerda que la mayoría de las elecciones que tomamos no son tan trascendentales como creemos, reconocerlo nos ayuda a mantener al mínimo la información que recaudamos.

¡A veces solo hay que experimentar en vez de analizar!

3.- Recuerda que es mejor hacer algo a no hacer nada (el que nunca intenta tiene 100% probabilidad de fracasar)

Esto es cierto el en 9 de cada 10 veces.  Imagina que postergas tanto un cambio de trabajo porque tienes miedo que no resulte para ti.

Lo único que lograrás es mantenerte estático por años en una ocupación “temporal” sin crecer.

De otra forma, al hacer el cambio de carrera tan temido solamente hay dos posibilidades:

1) Empezar a trabajar en algo que amas

2) Aprender que ciertamente ese puesto soñado no era realmente lo tuyo. En este  caso habrás aprendido que ese camino no era para ti, lo que es un gran paso en comparación a no hacer nada al respecto.

4.- Práctica tomar decisiones difíciles

Las personas que tienen problemas decidiendo asuntos importantes son exactamente las mismas a las que les cuesta trabajo elegir las cosas sin importancia.

Así que si te das cuenta que te es complicado elegir entre un restaurante y otro, lo más probable es que cuando llegue el momento de hacer un cambio de carrera,  casarte o de algún otro movimiento radical de vida ¡prepárate a pasar las de Caín!

De modo que debes prevenir este problema si ya has notado que eres crónicamente indeciso. La buena noticia es que te puedes entrenar para corregir este defecto.

Date un límite de 30 segundos para decidirte por una película, si deseas salir, si vas a regresar la llamada. Después escala a elecciones más significativas.

Si el ejercicio anterior te provoca ansiedad, pregúntate: ¿qué es lo peor que puede pasar si eliges mal?

Si no te gusta la película, de todas formas tendrás de que platicar, si la comida no es lo que esperabas, habrás aprendido que no vale la pena volver a ese lugar.

Tomar decisiones poco trascendentales, te entrenará de manera exponencial a hacer lo mismo con las importantes, y te hará la vida más sencilla priori.

Conclusión

Puedes entrenarte a ti mismo para actuar con decisión solamente recuerda que:

1. Debes saber cuáles son tus metas y lo que quieres

2. Jamás hagas una elección basándote en suposiciones

3. Aún cuando pierdes ganas, porque aprendes de los errores

4. Practica y aprende a tomar decisiones

No importa cuál de las técnicas anteriores realices o te funcione mejor. Lo cierto es que las elecciones se graban en tu cerebro, y te vuelven más proactivo además que mejoran tu fuerza de voluntad.

Ojalá encuentres el mejor camino para lograrlo, y como siempre no olvides compartir tus opiniones en la zona de comentarios. Para nosotros en un gusto leerte.


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Escrito porLarisa Alvarez Freer

Autora publicada, emprendedora. Publicó su novela Saga Hermanos de Casta. Escritora de cabecera para la revista Multiversidad Management. Youtube

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