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Objetivos smart: qué son, como escribirlas y en que te ayudan

En el área organizacional, se les llama objetivos SMART, por sus siglas en inglés, a los objetivos descritos por George Doran en 1981, quien afirmó que deben ser Específicos, Medibles, Alcanzables, Relevantes y Basados en el tiempo.

Modificado el acrónimo a SMARTER, para adicionar la Evaluación y el Reajuste, da una visión más completa del proceso. Sin revisarlos mucho, a primera vista, son condiciones que debe cumplir cualquier objetivo, no solo en los dominios de los negocios y el mercadeo, sino también en la ciencia, en la educación y en la vida.

Para empezar, diremos entonces que los elementos de un objetivo SMART son los necesarios para que un proyecto, cualquiera que sea, parta con una definición adecuada, pertinente y eficaz de los fines o metas a los que pretende llegar.

Sin una formalización clara de los objetivos, que funja como faro o linterna que guié en el camino, será mucho menos probable que logres tus objetivos. Como reza un dicho popular, si no sabes para dónde vas, cualquier camino estará bien.

Cuando escribes una meta, no solo se trata de poner en el papel o en la pantalla del computador una frase bonita para mostrarle a alguien. Se trata, en esencia, de un ejercicio intelectual en el que:

Identificas las variables contextuales que están influyendo

Tanto positiva como negativamente en una situación problema.

Cuando hablamos de un problema, no necesariamente estamos hablando de algo negativo.

Un problema puede ser: cómo aumentar las ventas de un producto específico o cómo lograr que en una campaña de medios digitales se optimicen los recursos haciendo una adecuada segmentación del mercado.

Estos dos ejemplos son problemas porque son estados deseados a los que queremos llegar, diferentes al estado actual, para lo que esperamos emplear algunas estrategias.

Analizas la relación de las variables y el orden de importancia

De manera que sepas sobre qué debes actuar para que, como en un castillo de naipes, al atacar las variables o aspectos que están en la base del problema todo lo demás que está alrededor del problema se derrumbe y comience a jugar a tu favor.

Defines el problema y sus características:

  • Identifiques las posibles estrategias a emplear para solucionar el problema.
  • Empleas estrategias de toma de decisiones para valorar y ponderar cada una de las posibles soluciones.
  • Tomas la decisión de qué estrategia emplear, lo que finalmente te lleva a establecer una meta.

Como te das cuenta, escribir una meta es el resultado final de un proceso muy profundo de análisis y toma de decisiones.

El ejercicio en sí mismo te ayudará a comprender mejor el escenario en el que se está moviendo tu negocio.

Adicionalmente, te ayuda a ponerte unos binóculos de aumento para visualizar y enfocarte en lo que quieres lograr.

Eso significa, nada menos, que tu sistema motivacional está informado del punto al que quieres llegar y va a canalizar buena parte de tu energía en que eso se cumpla.

También será una frase que, compartida con el equipo de trabajo o con familiares y amigos que te apoyen, servirá como ruta común, objeto de conversación y mira permanente para orientar las acciones dentro de la empresa.

Charlar con otras personas sobre las metas te ayudará a identificar qué tan profundas y significativas son. Si no lo son, se caerán por su propio peso, así como tu motivación y disciplina para lograrlas.

Veamos entonces uno a uno los pasos necesarios para definir adecuadamente tus metas.

1.- S: Específico (Specific)

Una condición que no te puedes saltar para definir adecuadamente los objetivos, es que sean lo más específicos posibles. Revisemos el tema con algunos contraejemplos.

Si te planteas como objetivo “mejorar el balance de la empresa”, es poco probable que lo logres.

La consecución de objetivos está asociada a la motivación y la disciplina necesarias para seguir un camino que te lleve a una meta o punto de llegada bien definido.

Cuando no sabes a qué distancia está la meta ni cuál es el camino que debes recorrer, la incertidumbre, ansiedad y con frecuencia la frustración echarán al traste tus intenciones.

Así, “mejorar el balance de la empresa” es una manifestación general en la que no queda claro qué es lo que está mal, qué es lo que hay que mejorar y en qué dirección debes hacerlo.

Si tu objetivo es “alimentarte mejor” tampoco estará claro en qué consiste tu propósito porque no se define qué deberás comer, qué alimentos no debes comer, en qué cantidades, horarios y en general todas las condiciones que harán factible tu proyecto.

Al definir las metas, define claramente las conductas o acciones, las cantidades y las condiciones en las que esto debe hacerse.

2.- M: Significativo (Meaning)

Somos animales simbólicos.

La capacidad de representar el mundo y atribuirle significado y valor a las cosas, hechos y fenómenos es lo que en buena parte nos diferencia del resto de animales.

Por eso es tan importante que lo que hagamos sea significativo: nos movemos por el valor que tienen los objetos y las experiencias para nosotros.

Para algunas personas el dinero, las joyas y el poder son lo más significativo. Para otras personas las experiencias, los viajes y el conocimiento pueden ser lo que más valoran.

En tu caso particular ¿qué es lo que es más significativo en tu vida? Detente a pensar en la respuesta que tú das a esa pregunta antes de continuar con la lectura.

Bien, pues esa respuesta que has dado es el motor de tu vida, el combustible que te da la energía para moverte día tras día, hora tras hora a pesar de las dificultades. Muy probablemente tu respuesta no será la que da tu jefe o tus empleados, porque los objetivos de vida y las prioridades son diferentes: nuestros objetivos no son los de la empresa, menos si no nos pertenece.

Esto es clave porque las motivaciones intrínsecas, las que provienen desde nuestro interior y no las que son puestas por el jefe como meta del mes, son las que realmente te hacen moverte.

Dicho esto, para que una meta sea factible debe ser lo suficientemente significativa en este momento de tu vida como para que decidas hacer cambios en tus rutinas, dediques esfuerzo, tiempo y capacidad para lograr eso que te estás proponiendo.

Si la meta no es significativa, si no tiene que ver directamente con tus razones de vida y motivaciones, si no te da un valor que encuentres rentable, te pasará lo mismo que cuando en una empresa un jefe impone una meta en la que nadie cree: aunque los empleados digan en la reunión que están de acuerdo, pocos se moverán para lograrlo.

3.- A: Alcanzable (Achievable)

Se vale soñar, y hacer de tu vida un sueño, pero el alimento de los sueños es la vida, así que procura darle alas a tus sueños avanzando en el camino.

Los sueños nos mueven, también son energía o combustible, pero requieren de una operacionalización y de contacto con el mundo real para que sean alcanzables.

Más allá del discurso facilista de que todo lo que queremos hacer lo logramos si nos esforzamos, definir metas racionales se trata justamente de lo contrario: de identificar qué, en condiciones reales, y de acuerdo con la experiencia previa y con las condiciones actuales, podemos lograr.

Poner en la misión que serás el líder del campo, como ocurre frecuentemente, no está diciendo nada de ti ni de tu empresa, no está ayudando a convertir un sueño en realidad porque es simplemente una manifestación emotiva que no se atiene a los hechos.

Luego, al definir tus metas a corto, mediano y largo plazo, parte de la identificación precisas de las condiciones actuales, de las estrategias que implementarás y de los logros que realmente puedes obtener.

No está mal ser un poco arriesgado y poner altos niveles de logro, porque te exigirán en su procura, pero si estás iniciando una empresa y tus ingresos mensuales son $ 1.000 dólares y observas un incremento permanente de utilidades del 10% mensual, sería poco realista definir como objetivo a corto plazo, a un año, ganar 1 millón de dólares.

Puede pasar, por un golpe de suerte o por las vueltas que da la vida, pero si eres un empresario, sabrás que la probabilidad de que eso ocurra será muchísimo menor al 1% y que apostarle al azar, más que al trabajo, no sería lo más estratégico.

Lo que sí te puede ayudar es proyectar el avance de la empresa a través de estrategias precisas, a corto, mediano y largo plazo.

4.- R: Relevante (Relevant)

Algo relevante es aquello que es importante y significativo, que se alinea con tus objetivos de vida y con los principios bajo los cuales te orientas diariamente. Hace referencia, entonces, a aquellos valores que son la piedra angular de tu esencia.

Si la honestidad es tu principio básico, se cae de su peso que las metas que se definan en el equipo de trabajo deben estar enfiladas en conductas que no impliquen hacer daño a otros o pasar por encima de la competencia con prácticas antiéticas.

Si tu prioridad es la colaboración, aquellas metas que den prioridad al desempeño individual y a la competencia entre los miembros del equipo tampoco serán la mejor alternativa y, seguramente, no contarán contigo de manera comprometida.

Se trata en últimas de que las metas vayan en paralelo con tus intenciones de vida para que no debas esperar a ser exitoso para ser feliz sino que seas feliz mientras buscas el éxito. Eso es lo que realmente hará la diferencia y te dará el enfoque para trabajar hacia las metas.

 5.- T: Limitados En El Tiempo (Time-Bound)

Ya definidas bien las metas, con condiciones específicas, que sean significativas para tu vida, que se propongan en términos que se puedan seguir y medir y alienadas a tus objetivos de vida, para ser alcanzables, debes ponerles fechas.

Si no indicas las fechas no podrás hacer un seguimiento objetivo y lo más probable es que se diluyan en el tiempo, como esos proyectos que tenemos pendientes y que cada año recordamos, y las ponemos como propósitos de enero que casi siempre se retomarán nuevamente, en el siguiente enero, sin que se conviertan en un plan de acción seguible.

Para que esto no ocurra, asígnale tiempo durante tu día y tiempos precisos de cumplimiento. Divide la meta grande en metas más pequeñas, dando para cada una de ellas un tiempo. Es deseable tener franjas de tiempo semanales, mensuales y trimestrales, para que puedas medir y seguir con criterios bien definidos el alcance de tus metas precisas.

6.- E: Evaluación (Evaluation)

Este será el control que te permita tener todo el tiempo en mente tu meta:

  • Específica, en primera instancia, cuál es la meta general y cuáles son las metas intermedias.
  • Luego, define acciones puntuales o indicadores de logro de esas metas intermedias.
  • Acto seguido, define criterios evidenciables y medibles, en porcentajes, cuantías o algún tipo de descripción numérica.
  • Plantea los tiempos para cada uno de los logros.
  • Revisa periódicamente si estos logros están de acuerdo a los objetivos planteados.

7.- R: Reajuste (Readjustment)

Lo que ocurre la mayoría de las veces es que hay eventos inesperados (algunos de ellos imposibles de predecir, como una calamidad, mientras otros se te habrán escapado del plan de acción) que afectan tu plan. Lo extraño es que esto no suceda.

Si ya lo sabemos, podemos anticiparnos y, al igual que con los presupuestos en que dejamos un porcentaje para imprevistos, dejar abiertas algunas puertas para readecuar el plan a las condiciones reales en que se esté sucediendo.

Cuando el plan vaya conforme lo que está planeado, pregúntate qué puedes hacer para que todo vaya aún mejor, cuáles podrían ser los eventos que alteren el plan y cuáles las posibles soluciones preventivas.

Cuando las cosas no vayan exactamente como lo esperas, analiza cuáles son las razones por las que no estás lográndolo y qué puedes hacer para remediarlo. Interviene de inmediato para ejecutar las soluciones, lo que implica a su vez redefinir las metas intermedias, de acuerdo con las posibilidades reales.

Es importante que seas flexible y adaptable frente a estas condiciones cambiantes. Si te mantienes cerrado al plan inicial y no tienes herramientas para hacer ajustes, el plan puede estallar en tus manos sin éxito.

Recuerda en todo momento que no solo importa alcanzar la meta. La felicidad se obtiene cuando disfrutas el camino hacia una meta significativa.


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Escrito porJuan Oliveros

Catedrático, Máster en Administración Financiera, Ing. Industrial, escritor de blogs, padre y esposo devoto. Linkedin Twitter

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