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Cómo empezar a escribir un libro: una mirada al proceso interno de un escritor

El comienzo puede ser la parte más difícil de escribir un libro. No sabes por dónde empezar, qué tipo de historia contar, si narrarla en primera persona o con un narrador omnisciente, sobre qué tema y cuántas páginas serás capaz de escribir, etc. De hecho, da miedo empezar a escribir un drama y que quede tan mal que terminé pareciéndose a un cuento de terror.

El conflicto de la pantalla en blanco, sin saber por dónde empezar,  puede no aparecer si te preparas con antelación. Antes de comenzar a escribir ya debe haber algo de la historia en tu cabeza; de lo contrario no te será fácil iniciar. Como ocurre con toda actividad, antes de comenzar a ejecutarla debes planearla, por lo menos parcialmente.

Lee los 10 pasos para aprender a como escribir un libro

Cada libro es una nueva historia, un nuevo mundo elaborado con las herramientas de cada autor, lo que hace que no exista un único modo de iniciar un libro. No obstante, sí puedo contarte los pasos que sigo y que me ayudan en la maravillosa experiencia de darle forma a mundos posibles -o imposibles- alternos a nuestra realidad pero que, al estar escritos, ya tienen existencia propia; y al ser leídos, dan lugar a nuevas historias, una por cada lector.

  1. Comprométete contigo mismo

Lo que necesitas hacer para empezar, es visualizar con fijeza una meta: escribir tu historia. Debes comprometerte contigo mismo a darle tiempo y espacio para que surja y culmine en un libro completo. Siempre hay excusas, formas de evadir la escritura, formas de huir de la ansiedad que en ocasiones produce plantear las ideas en un escrito. Y tus trabajos no van a parar, ni tus compromisos sociales, seguirás llegando cansado del trabajo y tendrás muchas obligaciones. Así, te quedan dos opciones: o dejas las excusas y te exiges dedicarle tiempo diario a crear una historia,  o dejas que el tiempo pase sin cumplir tus objetivos.

  1. Crea una rutina

No hay otra forma de lograrlo. Tienes que hacer de la escritura parte de tu trabajo; no un pasatiempo para momentos en los que te sientas bien, sino una obligación a cumplir contigo mismo. Es útil asignar horarios fijos para trabajar en tu libro. Si no existe en tu planificación diaria y semanal, seguramente pasará mucho tiempo antes de que inicies.

Planea objetivos semanales, especialmente en tiempo de trabajo en tu libro y en horarios fijos que no deben ser movidos. Si cuentas con alguien que te ayude a controlar el cumplimiento, tanto mejor.

  1. Deja Que La Idea Madure En Tu Cabeza

Una vez que has decidido empezar, no te llenes de ansiedad sentándote frente al computador con una página en blanco. Si no tienes las ideas claras, sentarte a escribir es una pérdida de esfuerzo y energía, a la vez que una fuente de estrés y frustración. A mí no me funciona esa estrategia, pero puede que a ti sí.

En mi caso, cuando me siento a escribir, la historia ya está bien formada en mi cabeza, y se trata sólo de transcribir los detalles generales para plasmarlos y convertirlos en palabras, en frases y párrafos articulados como una sola narración. Por supuesto, los detalles, las escenas y la forma en que se resuelven los acontecimientos no están resueltos en ese momento; por el contrario, en el acto de escritura se transforma esa historia inicial para transmutarse en una historia que tal vez a ti mismo te sorprenda.

Hacer un libro no se trata sólo de escribir. Se trata de crear una historia para luego convertirla en palabras escritas. Por eso, antes de sentarme directamente a escribir, me doy tiempo para pensar. Las ideas van formándose poco a poco, casi siempre sin que seamos plenamente conscientes. Nuestro cerebro trabajo con una historia en primer plano y otra en segundo plano. La primera historia es la que tienes en este momento al frente, a la que respondes cuando estás en el trabajo o charlando con la gente. La segunda historia es la que se va construyendo en el fondo de tu mente, de la que sólo eres consciente a veces, cuando tu imaginación te avasalla tan fuerte con una imagen que cambia tu foco y tienes que prestarle atención.

Así, poco a poco, pero de manera permanente, le vas dando vueltas a la idea inicial de tu historia mientras te bañas, mientras vas hacia el trabajo, mientras ves televisión o haces cualquier otra cosa. Una vez que una historia nítida se ha plantado en la mente y el corazón de un escritor, difícilmente lo abandona.

  1. Investiga

Las ideas no salen de la nada. La teoría de la generación espontánea no funciona ni en la biología ni en la escritura. Todo es producto de un proceso reflexivo en el que constantemente vas alimentando tu idea, como una planta a la que riegas y le crecen el tallo y las hojas, lentamente.

Para que ese proceso de frutos, debes mantener tu idea de historia en la cabeza y mantenerte abierto para leer el mundo más allá de la superficie, buscando como un sabueso esa idea inicial que servirá de eje a tu libro.

Las fuentes de las historias están en todos lados. En otros libros, por supuesto. Decía Borges que él, más que escritor, era un lector consumado. García Márquez escribía en la mañana y leía todas las tardes. Cualquiera que quiera ser escritor debe antes ser un buen lector.

Pero no se trata solo de leer libros que te den ideas sobre temas o desarrollo del argumento. Se trata fundamentalmente de leer el mundo en todo su esplendor, en todas las aristas que lo conforman, las visibles y con mayor atención  las invisibles, para encontrar tu historia.  Lee con tus ojos, con tu boca, con tu gusto, con tu oído, con tu olfato, con tu ser. Lee a la señora que viene al lado en el bus, al niño que juega en la calle, a tu familia, a la película que están presentando, pero sobre todo lee entre líneas. Más allá de lo que te quieren decir, lee lo que está detrás de esa historia que te están contando.

Debes comenzar a mirar de forma diferente el mundo. Si lo miras como los otros, no tendrás nada nuevo que contar.

  1. Revisa libros sobre la escritura

Si crees que necesitas mayor formación sobre cómo escribir un libro, puedes consultar textos dedicados al tema de la escritura.  Daniel Cassany escribió hace ya algunos años un libro llamado la cocina de la escritura. Es un libro muy sencillo que usaba con mis estudiantes para mostrarles los elementos fundamentales y las fases de producción de un escrito. Te será útil como cultura general.

Existen muchos otros libros que te pueden ayudar, algunos de ellos especializados en áreas como literatura, escritura, educación, derecho y básicamente en lo que se te ocurra. Revísalos y ten en cuenta que es la visión de quien escribió el libro, pero tú debes descubrir tu propio camino. No tragues entero; la escritura es un arte, tiene técnicas y métodos, pero no formulas mágicas.

  1. Toma notas permanentemente

Para mi es imprescindible tener dónde tomar notas. Tengo un cuaderno, una libreta y el teléfono con el bloc de notas, Evernote y Scrivener (te recomiendo esta última, especialmente). Cuando se me ocurre una idea no puedes dejar que se te vaya. Debes escribirla de inmediato, con respeto, porque es el fruto que estabas esperando, el producto maduro de pensar y pensar sin apenas percatarte. Y una vez sale a la luz sino la agarras se te va, y casi nunca regresan.

Toma notas permanentemente, juega a describir lo que ves, lo que sientes y lo que experimentas. Esas notas te servirán luego para construir las escenas.

  1. Define una situación problema

Toda historia tiene un problema inicial no resuelto, un nodo y un final. El final no lo sabrás hasta que no lo escribas, en la mayoría de los casos. Puedes tener previsto un final, pero muchas veces cambia en el curso de la construcción del escrito. El nodo tiene una estructura básica al comienzo, que se va armando, ramificando y fortaleciendo mientras escribes.

Pero el punto de inicio sí debes tenerlo, justamente, al inicio. Ese motivante que da razón a la historia con todos sus vericuetos será la base desde la que parte tu viaje creativo.  Una vez lo hayas encontrado, ya podrás avanzar con una certeza.

  1. Mirar Estilos De Otros Autores

Es tiempo de seguir leyendo; nunca se para de leer. Analiza los estilos de otros autores, su forma de narrar, la manera en que construyen las frases y las conectan, los trucos que usan para que la historia sea creíble y verosímil. Fíjate cómo tratan tu tema en otros libros.

Debes andar con mucha cautela: no debes imitar a los grandes; debes aprender de ellos para formar tu propio estilo.

  1. Ya Has Empezado

Por si no te has percatado, ya empezaste a escribir tu libro. Sigue construyendo los personajes, los espacios, los contextos, y descríbetelos para ti mismo con todo el detalle de que seas capaz.

En este punto ya cuentas con las herramientas para ir de la mano con la investigación y la construcción de tu propia obra. ¡Ya estás escribiendo!

Recursos para autores:

Lee nuestra guía de como promocionar tu libro


Escrito porJuan Oliveros

Catedrático, Máster en Administración Financiera, Ing. Industrial, escritor de blogs, padre y esposo devoto. Linkedin Twitter

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