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10 sencillos pasos para aprender como escribir tu primer libro

Sentarse frente a la hoja en blanco es un momento difícil para cualquier escritor, desde el más experimentado hasta el más novato. Y si pensamos en escribir un libro, el desafío es aún más grande y complejo. Sin embargo, hay que sacarse los miedos de encima y quitar ese velo de inalcanzable que tiene la escritura;  borrar esa idea que es sólo para los grandes intelectuales.

Los libros se escriben escribiendo. Este trabalenguas, que parece una obviedad, es el principio de todo. La escritura implica trabajo, dedicación y mucho compromiso. En cada hoja debes dejar lo mejor de ti. No es sólo tirar palabras o componer lindas oraciones, debes ponerle el cuerpo. Tal vez creas que para aquellos grandes escritores que admiras fue o es sencillo sentarse a redactar y que su escritura fluye fácilmente, sin embargo eso está muy lejos de la realidad.

Ahora bien, el sacrificio y el trabajo duro no significan que la escritura debe ser algo que uno deba padecer;  si así lo sientes entonces no es lo tuyo. La escritura es un proceso arduo pero que se disfruta y sobre todo, que genera felicidad.

Si bien no hay una fórmula para convertirse en escritor, te ofrecemos 10 consejos fundamentales que te ayudarán a materializar esa historia o esas ideas que están dando vueltas en tu cabeza y sacar a la luz tu primer libro.

1.- Piensa  y define la historia o tema que vas a contar  a través de tu libro

Si ya tienes un argumento, plásmalo en una oración. Eso te  servirá como punto de apoyo del cual nunca deberás alejarte. Si aún no cuentas con una historia, puedes partir de una imagen o un concepto, también crear un personaje es un buen disparador.

Contar con un argumento definido, es decir, el núcleo de tu historia, hará mucho más sencilla la escritura. Si esto no está claro, puede que termines enredándote en un laberinto sin salida. El eje puede ser algo simple, no existen temas buenos o malos, lo importante es la creatividad y cómo lo cuentas.

También te puede ayudar elegir la cantidad de personajes y crear perfiles de los mismos. Para que tengan mayor verosimilitud, imagínate cuáles son sus gustos, sus costumbres, sus virtudes y defectos: piensa en todos los detalles.

Una vez que tienes definido el tema, ya puedes comenzar a trabajar.

2.- Elige la estructura que vas a utilizar

Establece cómo va a ser la estructurar tu libro. Piensa qué quieres contar en su inicio, cuál sería el nudo y finalmente determina el desenlace. Si estás escribiendo un libro que no es de ficción y no cuenta una historia, por ejemplo, una investigación, también debes pensarlo en estos términos. Qué pondrás en el primer capítulo, en el segundo y así sucesivamente. Si no cuentas con una estructura te perderás fácilmente. Una vez que lo definas, escribe un resumen, te servirá de guía. En general, una distribución equilibrada es 25% para el comienzo, 50% para el nudo y el restante para el final.

“…la forma puede ser algo dado por la naturaleza y una estructura supone una inteligencia y una voluntad que organizan algo para articularlo y darle una estructura”, aclara Julio Cortázar.

3.- Detrás de todo gran escritor hay un gran lector

Stephen King dijo: “Si no tienes tiempo para leer, no tienes tiempo -ni herramientas – para escribir. Tan simple como eso”. La lectura es fundamental para todo escritor. Ayuda a desarrollar la creatividad, a ampliar el lenguaje y además es una de las mejores fuentes de inspiración. Cualquier género y formato es bienvenido: poesía, cuentos, novelas, historietas, frases, crónicas periodísticas, lo que prefieras. Visita bibliotecas, y construye una propia. Fíjate a qué autores citan tus libros favoritos y busca recomendaciones. Intercambia libros con amigos. Atrévete a abrir un libro al azar.

Si estás escribiendo una novela de amor, te conviene leer obras dentro del estilo, para inspirarte y abrir el espectro de ideas. Ahora bien, tampoco permitas que la investigación capture tu argumento. Lo más importante siempre es la historia.

¿Qué fue lo último que leíste?

4.- Desarrolla un plan de trabajo

Debes diseñar una estrategia clara con tiempos bien definidos y cumplirlos. Es decir, pautar cuántas horas de tu día le dedicarás a la escritura. También puedes contabilizarlo en palabras y ponerte objetivos semanales, por ejemplo, escribir un capítulo por semana. Y por supuesto, establecer un deadline mensual.

La constancia y compromiso son dos herramientas  imprescindibles para llegar a la meta. No te dejes vencer por la hoja en blanco. Continúa;  siempre es posible corregir y volver hacia atrás. Otro consejo para organizar el trabajo es escribir un capítulo a la vez.

Debes encontrar tu momento. Hay escritores que disfrutan del día y otros que son más prolíficos cuando cae el sol. Por ejemplo, Simone de Beauvoir  se despertaba, tomaba un té y trabajaba entre las 10 y la 1. Entre la hora de la comida y de la merienda descansaba y se encontraba con sus amigos y entre las 5 y las 9 volvía al trabajo. En cambio, George Sand, escritora francesa del siglo XIX, escribía 20 páginas manuscritas por noche mientras fumaba y comía chocolate. ¿Para ti cuál es el mejor horario?

5.- Encuentra tu lugar

Algo importante es contar con un espacio en donde te sientas cómodo para escribir. Que te permita concentrarte y que puedas mantener ese lugar durante toda la escritura de tu libro. Ese lugar debes sentirlo tuyo, dale tu impronta.

En el libro Roland Barthes,  por Roland Barthes, el autor cuenta:

Soy incapaz de trabajar en una habitación de hotel. No es el hotel en sí lo que me molesta. No se trata del ambiente o de la decoración; se trata de la organización del espacio (¡Por algo soy estructuralista!). Para que yo pueda trabajar, es menester que esté en condiciones de reproducir estructuralmente mi espacio de labor habitual. París, el lugar donde trabajo (todos los días de las nueve y media a las trece horas: ese timing regular de funcionamiento de la escritura me conviene más que el timing fortuito que supone un estado continuo de excitación) está en la habitación donde duermo (que no es aquella en que me lavo y tomo mis comidas). Ese lugar se completa con un lugar de música (toco el piano todos los días más o menos a la misma hora, a las catorce y treinta) y con un lugar de pintura, con muchos utensilios. En mi casa de campo he reproducido esos tres lugares. Poco importa que no estén en la misma habitación. No son los tabiques de separación, sino las estructuras lo que cuenta.”

Otro caso singular es el del escritor George Bernard Shaw, quien construyó “The revolving writing hut”, una pequeña cabaña montada sobre un mecanismo giratorio que le permitía escribir siguiendo el curso del sol a lo largo del día.

Aquí puedes descubrir algunos espacios de trabajo de diferentes escritores.

6.- Busca tu propia voz

En general, siempre estamos influenciados por las lecturas en las que nos hemos sumergido y creemos que copiar el estilo de otros escritores funcionará. Pero es fundamental que le des tu propia voz al libro, que marques tu estilo y te expreses libremente. Leer algo genuino y con personalidad es mucho más atrapante que una mala copia.

Para encontrar tu voz es necesario que te conozcas a ti mismo, que indagues en tu interior, que descubras las cosas que te gustan y las que no. Es importante la introspección. Es útil tener siempre a mano una libreta y un bolígrafo para que no se escapen aquellas ideas y pensamientos que surgen en los momentos menos pensados. Como también contar con un diccionario de sinónimos. Muchos programas digitales para escritores ya te ofrecen todas estas herramientas en un solo software.

No pienses en tú público ni en querer agradarles a los demás, eso te condicionará y no podrás desarrollar tu verdadero potencial. Sin embargo, a la hora de escribir debes tener en cuenta al lector y debes brindarle una buena experiencia.

En su libro Ser escritorAbelardo Castillo aconseja: “Cuidado con Borges, Kafka, Proust, Joyce, Arlt, Bernhard. Cuidado con esas prosas deslumbrantes o esos universos demasiado intensos. Se pegan a tus palabras como lapas. Esa gente no escribía así: era así”.

7.- Solicita retroalimentación (un feedback ) rápidamente

Haz que otros te lean y te den su opinión. No esperes hasta escribir la última página de tu libro; solicitar opiniones en los inicios te ayudará a contar con una mirada exterior que brinde sus consejos. Trata de buscar personas idóneas que te den una crítica constructiva. Pueden ser amigos, familiares o editores. Escucha sus comentarios, no te cierres.

Una buena opción para recibir un feedback continuo es crear un blog e ir subiendo capítulo a capítulo y ver cuáles son las opiniones de tus seguidores.

Ahora bien, es importante corregir, pero mientras estás escribiendo, no edites cada párrafo que escribes. Primero escribe y luego, cuando sea el momento indicado, editas. Si tienes dudas es conveniente leer en voz alta para darte cuenta de cómo suenan las oraciones.

8.- Genera momentos de esparcimiento

La escritura puede ser muy atrapante y poder despegar del trabajo es imprescindible para renovar las ideas y recuperar la energía creativa. Descansa, dedica tiempo a tus hobbies, práctica algún deporte, sociabiliza, pasa tiempo con amigos y familia. Es necesario empaparse del mundo exterior, compartir y escuchar las vivencias cotidianas suele ser un gran disparador creativo y a veces ayuda a resolver eso que te estaba trabando. Además, nos ayuda a bajar el estrés. Deja reposar al borrador por un tiempo.

Por ejemplo, a Albert Camus le gustaba jugar al fútbol como portero, ¿te lo imaginas? Agatha Christie era aficionada de la arqueología.

9.- Una mente sana y lúcida es más creativa.

Solemos creer que los mejores escritores son los más atormentados, aquellos que llevaron sus vidas al extremo, cercanos a las adicciones y lo bohemio. Sin embargo, muchos grandes escritores recomiendan todo lo contrario.

Como el gran García Márquez quien afirmó en una entrevista realizada por The Paris Review en 1981:

Estoy en contra del concepto que mantiene que el acto de escribir debe de ser un sacrificio, y que entre peores las condiciones económicas y emocionales, mejor es la escritura. Creo que debes de estar en un buen estado emocional y físico. La creación literaria para mí requiere de buena salud.”

Así que ya sabes, mantén tu cuerpo y mente saludables. Has ejercicio, duerme y aliméntate bien. Los excesos y los malos hábitos no ayudan a la hora de escribir.

Una curiosidad: Ernest Hemingway, Lewis Carroll y Thomas Wolfe escribían parados. Un estudio de PublicHealthEngland asegura que esta costumbre hace que seamos más productivos en el trabajo. Que deberíamos por lo menos estar 4hs de pie.

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10.- Escribir siempre, rendirse ¡Jamás!

Si hay una característica que une a la mayoría de los escritores exitosos, más allá de su prosa, es la perseverancia. No le tengas miedo al fracaso. Por el contrario, abrázalo y tómalo como un desafío, un aprendizaje. Si entregas un borrador y es rechazado, reescríbelo. Si no funciona envíalo a otro destinatario. Debes aprender a moverte en el medio. Hoy existen muchas herramientas para que des a conocer tu obra. Puedes incluso, incursionar en la autopublicación. Si es así, no dejes de lado la importancia del diseño del mismo. Una tapa atractiva genera curiosidad y ventas.

Ya es conocida la historia de J. K. Rowling, autora de Harry Potter, quien tras la negativa de todas las grandes editoriales, llevó su libro a Bloomsbury, donde finalmente fue aceptado, y aunque con serias reservas, decidieron publicarlo. Por su parte, Tolstoi re escribió siete veces La Guerra y Paz.

Si ese primer libro no tuvo éxito, comienza otro. Debes confiar en ti.Sin importar la aprobación, el rechazo o cualquier otro tipo de desafío que se presenten, sigue escribiendo, ¡no te detengas!

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Recursos para autores:

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Escrito porJuan Oliveros

Catedrático, Máster en Administración Financiera, Ing. Industrial, escritor de blogs, padre y esposo devoto. Linkedin Twitter

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