¿Qué es la creatividad? ¿Alguna vez lo has pensado?
Creatividad es una de esas palabras que usamos muy seguido pero cuyo significado nadie cuestiona jamás.
Y sin embargo, cuando nos hacen esta pregunta, dar respuesta resulta ser una tarea inesperadamente difícil. No podemos definirlo en una palabra, y parece que ni con mil alcanzaría.
Por supuesto, no hay una sola respuesta para esta pregunta, y de eso se trata este artículo, en parte: de comprender que siempre hay muchas soluciones par un mismo problema.
Pero en definitiva, si tuviese que darte una respuesta, yo diría que es una estructura lógica, que nos permite resolver problemas desde puntos de vista alternos, diferentes de los esperados.
La creatividad se asocia mucho a las artes, y eso se debe a que es el nutriente esencial de las musas. Pero no sólo en el arte se usa la creatividad.
La usamos en nuestra vida diaria, para resolver todo tipo de problemas.
Usamos la creatividad a la hora de cocinar un almuerzo a partir de las últimas reservas de la alacena; la usamos también para pensar una ruta alternativa cuando sabemos que el camino más directo está embotellado y la usa el alumno que esconde las respuestas del examen bajo la manga del uniforme.
Es algo imprescindible en nuestras vidas, y si somos creativos, todo puede ser mejor y más fácil.
Pero la creatividad no es una característica innata con un nivel predefinido e inmutable. Debe ser entrenada como un músculo y aquí voy a darte algunos consejos para hacerlo.
No te bloquees
No debes dejarte llevar por las ideas negativas.
Rechaza todo pensamiento del tipo “no, esto no servirá” o “no, jamás podré hacer esto”. Las películas nos han vendido la fantasía de la chispa espontánea de creatividad.
Pues créeme, eso es pura ficción.
Todo artista pasa horas y horas frente a sus obras hasta que logra su esperado producto final.
Porque todos sabemos que sentarse a esperar a que una idea genial caiga sobre nosotros como una manzana newtoniana es una fantasía que sólo sirve para contar historias inspiradoras.
Las verdaderas obras vienen con trabajo duro, y eso implica sentarse a crear aunque no sintamos que estamos “inspirados”.
En una frase “sólo hazlo”.
Recuerda que siempre hay más de una respuesta correcta
Como ya te comentaba en la introducción de este artículo, es importante ser consciente de que no existe una sola manera correcta de hacer las cosas.
Puedes leer libros sobre pensamiento lateral y hacer ejercicios.
Lo importante es que te plantees problemas y busques una solución que no sea la que te enseñaron o la más directa.
Además de los ejercicios de pensamiento lateral, otra buena manera de ejercitar la creatividad es proponerte proyectos artísticos o hobbys.
Dibujar, tocar un instrumento, pintar, escribir, todas estas actividades implican siempre problemas que deben ser resueltos de maneras alternativas. Igualmente sucede si armamos maquetas o lo que sea que decidamos hacer.
Estos problemas no son cotidianos ni “reales” y requieren siempre de una lógica diferente para ser resueltos de manera satisfactoria.
Ríete
La lógica del humor implica siempre romper la lógica tradicional, desafiar los patrones que consideramos normales para exponernos a situaciones que consideramos ridículas.
En las comedias, las personas actúan siempre de manera opuesta a lo que se esperaría, y al ver cosas que nos hacen reír, estamos desafiando nuestra lógica convencional.
Trabaja tu humor, busca comedia que desafíe tu intelecto.
Practica el arte de combinar ideas
Piensa en un par de ideas y combínalas de manera que pienses que a nadie se le hubiese ocurrido.
Toma conceptos que des por hechos y piensa en cómo se podrían mezclar de formas originales para crear algo útil. Por ejemplo “zapatillas + ruedas = rollers”.
Desafía tus propios límites y descubrirás que las únicas barreras que tiene tu creatividad son las que te impongas tu mismo.
Busca diferentes perspectivas
Toma un problema, una situación y pregúntate qué haría otro en tu lugar. Ponte en el lugar de alguien ─o algo─ más y aborda el tópico desde esa postura.
Practica así la empatía y mira al mundo a través de otros ojos diferentes.
Encontrarás así que el lugar que habitamos mucho más grande de lo que creemos y comprenderás por qué otros hacen lo que hacen.
Sé curioso acerca de todo
Busca siempre conocerlo todo, sé un buscador. La creatividad se nutre del conocimiento, porque mientras más sepamos, más ideas tenemos para combinar y crear algo nuevo.
Practica actividades creativas
Rodearte de un entorno artístico y creativo ayuda también a tu propia creatividad.
Ir a cafés literarios o a conciertos estimula las partes de nuestro cerebro implicadas en la creación.
Museos, teatros, presentaciones de libros, ahí donde estén los creativos, están las ideas, que se irán sumando a tu propio set de herramientas creativas.
Desafía lo “normal”
Identifica todo lo que consideres dado por sentado y desafíalo. Piensa que podría ser distinto y entonces plantéate cómo es que podría ser de otra forma.
Todos sabemos acerca de los melones cuadrados que se venden en Japón.
Ese es un ejemplo de desafiar lo normal, ya que los melones siempre ocuparon mucho espacio por su gran tamaño y su forma redonda.
Pues alguien consideró que no había nada que determinara que las cosas no podían ser diferentes y decidió meter la fruta, en etapa de crecimiento, dentro de una caja de cristal cuadrada.
Haz lo mismo tú también. Desafía la lógica, rompe con la normalidad, crea nuevas reglas.
Escucha música barroca
Está demostrado que la música barroca, como la de Vivaldi, posee ondas alfa que son capaces de estimular la creatividad y la concentración.
Escucha un poco de estos clásicos mientras te sientas frente a tu escritorio listo para crear.
Da un giro
Si a pesar de todo estás atrapado en un bloqueo mental del que no puedes salir, entonces da la vuelta a la página, tómate un descanso.
Puedes tomarte una siesta, armar un modelo a escala o empezar un proyecto nuevo completamente diferente.
Lo importante es que alejes tu mente del proyecto actual y le des algo nuevo y refrescante para hacer.
Inspírate en la naturaleza
“El arte imita a la vida”. Así es el dicho y sabemos que todas las invenciones tienen su raíz en algún elemento del mundo que nos rodea.
Mirar la carrera de un veloz de predador puede haber hecho que nos diéramos cuenta que existía más velocidad que la que nos proveían nuestras piernas; o mirar el vuelo de una ave puede haber metido en las cabezas de los antiguos hombres, la idea de que el cielo no era sólo una bóveda celeste, sino un reino más para ser conquistado.
Así que, cuando te falten ideas, da un paseo por el campo, ve a escalar una montaña, camina por terrenos agrestes y alejado y observa cómo la naturaleza soluciona sus problemas.
Sepárate de la corriente
Evita las multitudes. Si haces algo, que sea tu propia elección, y no “porque lo hacen todos”.
El 50% la creatividad es la originalidad.
Tienes que ser capaz de crear cosas nuevas e inesperadas, y es a eso a lo que debes aspirar siempre.
Por éso, no te fijes en lo que hacen todos.
O Mejor aún, mira lo que están haciendo los demás, y haz algo diferente.
Encuentra otras maneras de resolver los problemas que no sea como todos lo están haciendo.
Utiliza la técnica de la palabra al azar
Plantéate un problema y luego escribe una palabra al azar. Cualquiera, la primera que se te venga a la cabeza o la primera que veas al abrir un diccionario.
Después ve haciendo asociaciones y escribe cada palabra que asocies con la primera. Cuando tengas una buena cantidad, mira lo que has escrito y ve cómo pueden aplicarse esas asociaciones a tu problema actual.
Esto libera tu mente de la toma de decisiones, deja la resolución de los problemas al azar y así tu mente puede despejarse y descansar para concentrarse mejor en lo que tiene que hacer.
Hazte un mapa mental
Escribe un tópico en el centro de una hoja en blanco.
Luego, ve dibujando ramificaciones donde escribirás ideas relacionadas con ese tópico. Y luego, ve creando subniveles con más ideas.
Usa colores diferentes para cada nivel y agrega imágenes e ilustraciones.
Así todas tus ideas estarán organizadas y materializadas en un papel. Esto te permitirá organizar tu mente y así podrás pensar de manera más eficiente.
Rompe la rutina
Toma una ruta diferente para el trabajo, prueba comidas nuevas y exóticas, escucha música a la que nunca le habías prestado atención, haz un curso de cerámica o de cualquier otra cosa que no se te haya ocurrido antes.
Nuestro cerebro se adormece con la rutina, se vuelve perezoso al no tener que tomar decisiones porque siempre hace lo mismo. Debemos despertarlo y estimularlo con nuevas experiencias.
Reconéctate con tu niño interior
Compra crayones y haz un Dibujo. Cómprate un modelo para armar. Agarra un rompecabezas y piérdete toda la tarde armándolo. Juega una partida de juegos de mesa.
A veces nos agobiamos constantemente a nosotros mismos con problemas y cuestionamientos de nuestras ajetreadas vidas adultas.
Nos obligamos a pensar en nuestras responsabilidades como si devanarnos los sesos 24 horas al día fuera a solucionar mágicamente nuestros problemas. Esto es un bloqueo muy fuerte para la creatividad.
Tenemos que volver a la etapa en que no teníamos preocupaciones ni decisiones que tomar. Quizás no podamos volver a ser niños, pero sí podemos recrear esa época haciendo actividades que disfrutábamos entonces.
Porque debajo de capas y capas de trabajo mal pago, impuestos impagables y compañeros de trabajo ingrato, todavía somos niños que disfrutamos jugar y perder el tiempo.
Así que libérate un poco de tu vida diaria y vuelve a ser un niño por un rato.
Ve por partes
Si tienes un problema que debe ser resuelto, siéntate a pensar. Todo problema no es más que un cúmulo de otros problemas más pequeños.
Así que empieza a desmenuzar tu tópico, destrípalo y observa cada una de sus pequeñas partecitas.
Encuentra cada una de las causas que fueron encadenándose hasta desembocar en tu problema actual y resuelve cada parte de tu problema por separado.
Como si tomaras un manojo de un montón hilos diferentes enredados, y trataras de desenredarlo.
Plantéate escenarios hipotéticos
“¿Qué tal si…?”, “¿Y si ésto fuera de otra manera…?”, “¿Qué pasaría si…?”. Este tipo de encabezados nos pueden llevar a toda una historia alterna de nuestras vidas.
Si tienes alguna idea de física cuántica, o de ciencia ficción, sabrás todo eso de que hay infinitas realidades paralelas donde se cumplen cada una de las diferentes posibilidades de lo que podría haber sido.
Pues bien, no tenemos una máquina que nos permita viajar a esas realidades paralelas. No obstante, tenemos imaginación, que es casi lo mismo.
Así que plantéate todos los escenarios posibles.
Rememora todas esas decisiones difíciles que has tomado e imagínate cómo sería la vida si hubieses hecho lo opuesto de lo que hiciste.
Puedes crear todo un mundo nuevo a partir de una única y sencilla decisión.
Concéntrate
Como ya dije antes, la creatividad requiere trabajo y entrenamiento. Las ideas no surgen por sí solas de manera espontánea.
Hay una anécdota que ilustra bien este punto: allá a principios del siglo XIX, Mary Shelley pasaba el tiempo con su marido y un grupo de escritores y poetas de la época. Para pasar el rato, decidieron contar historias de terror.
Fue entonces que se propusieron cada uno crear un cuento de horror y escribirlo.
Shelley se pasó los días pensando en una historia de horror que pudiese escribir.
Hasta que un día, al despertar de un sueño, vino a su mente la idea de un monstruo hecho por un científico con partes de cadáveres. Sí, así nacía Frankenstein.
¿A qué voy con todo esto?
A que, aunque el surgimiento de la idea fue espontáneo e inesperado, no fue cosa de azar, sino el producto de largas meditaciones y trabajo consciente.
El trabajo siempre rinde sus frutos, sobre todo con la creatividad.
Hazlo cuantitativo
En lugar de proponerte encontrar una solución para un problema, plantéate encontrar 100 soluciones posibles esta semana.
Así dejarás que tu cerebro divague mientras la decisión queda en manos del azar.
Mantén una actitud receptiva
Cuando sientas que se ha estancado tu creatividad, evita todo aquello que distraiga tu atención. Evita los auriculares con música, la televisión, el internet, todo.
Mantén tu mente abierta a todo lo que te rodea para captar las pequeñas cosas que se escapan con el día a día.
Evita las interrupciones
Mantener un estado creativo en un ambiente lleno de ruido y distracciones es una tarea imposible para la mayoría de nosotros.
Por eso tienes que buscar un lugar tranquilo, sin televisión ni teléfono ni nada, donde puedas concentrarte en tu proyecto sin ninguna interrupción.
Con esto espero haberte dado consejos útiles que te ayuden a estimular tu creatividad. Así que comenta para que sepamos cómo te ha ido aplicando estos consejos a tu vida diaria.