Aprender cómo ser disciplinado es la clave para tener éxito en lo que te propongas.
La disciplina te ayuda a cumplir tus objetivos, adquirir nuevas habilidades y hasta estar más delgado. Sigue estos 18 consejos para ser más disciplinado y lograr tus objetivos:
1. Tener un por qué
Uno de los mejores trucos para ser más disciplinado es tener un fuerte motivo que valga la pena, para que puedas soportar aquellos día en que te quiere ganar la flojera.
Hazte las siguientes preguntas para encontrar un por qué:
¿Qué es lo que quieres lograr?
¿Por qué quieres ser disciplinado?
¿Qué te mueve a hacerlo?
¿Qué obtendrás?
Siendo lo más sincero posible contigo mismo ¿qué estás dispuesto a sacrificar para lograrlo?
¿Eso que obtendrás es suficientemente importante como para cambiar tus cómodos hábitos?
Esta reflexión, previa a la acción, te permitirá identificar si tus motivaciones son lo suficientemente fuertes para ser una persona más disciplinada.
Si ves que esas razones no te dan la energía necesaria, busca otras motivaciones complementarias que te den largo aliento en tu lucha.
2. Haz compromisos con personas
El compromiso lo puedes hacer contigo mismo o puedes decirle a alguien más y comprometerte, esto para que te obligue a cumplir con tus objetivos y no quedar mal con la otra persona.
Puedes pedirle su ayuda para que monitoree periódicamente que estés cumpliendo con los objetivos propuestos.
También puedes contar con esa o esas personas para pedir asesoría cuando ves que vas por mal camino o cuando necesites alguna sugerencia relacionada con el proyecto.
Si no tienes esa persona, o no quieres acudir a otros, puedes asumir tú mismo ese rol de monitoreo, control y evaluación permanente. Lo importante es que respetes ese compromiso.
3. Manipula tu mente para lograr la autodisciplina con premios y castigos
Ponte castigos si no cumples con tus compromisos, y ponte premios cuando logres un objetivo.
Usar premios y castigos te ayuda a manipular tu mente para que logres lo que quieres y crees el nuevo hábito de ser más disciplinado.
Estos sistemas de premios y sanciones te serán particularmente útiles en los momentos de debilidad.
Será un proceso a largo plazo ya que nuestra conducta no se caracteriza por ser una constante; al contrario, tiene altibajos con momentos iniciales de alta motivación que progresivamente tiende a decaer hasta llegar a momentos críticos en los que querrás cruzarte de brazos.
4. Acepta que el único responsable eres tú, no hay pretextos que valgan
Debes ser responsable con tu proyecto, con o sin ayuda externa. La responsabilidad con tu propósito de ser disciplinado significa que te comprometes a cumplirlo fielmente.
Sólo tú puedes conocer la importancia que tiene para tu proyecto de vida y ser consciente de que los resultados dependen enteramente de ti.
5. Haz una lista de cambios que necesitas hacer, y hazlos
El primer paso para ser más disciplinado es reflexionar sobre la serie de cambios que esperas y necesitas en tu vida.
Toma un tiempo para saber cómo ser más disciplinado y prepara una lista.
Tal vez tu intención sea lograr un ascenso o un trabajo mejor remunerado, bajar de peso y ejercitarte, pasar más tiempo con tu familia, o alcanzar la libertad financiera.
Enumera esa serie de cambios y enfócate en lo más importante.
6. Empieza con algo pequeño, pero empieza hoy
No puedes pretender convertirte en una persona nueva de la noche a la mañana. La disciplina es como un músculo, hay que trabajarla poco a poco y con constancia.
Lo único que lograrás con imponerte veinte metas a la vez es abrumarte y echar todo a un lado por la presión. Es una buena excusa para decir que no tenemos madera para ser más disciplinados.
Si tu meta principal es lograr un ascenso, tal vez debes comenzar con llegar temprano.
Una vez hecho un hábito, puedes trazar como meta no ocupar demasiado tiempo revisando el Smartphone y paso a paso sorprender a tu jefe con buenas y nuevas propuestas.
7. Toma acción todos los días, no esperes a que otros te digan qué hacer
Si te sientas en tu escritorio a esperar que la jefa te diga qué hacer, recuerda algo ¡ya creciste! Y una habilidad que debes desarrollar es la de ser proactivo.
Una persona disciplinada se preocupa por sorprender a otros con su organización y dinamismo.
Por lo tanto, en lugar de sentarte a gastar tiempo en la web o con el celular esperando que te digan que hacer, mejor siéntate con tu supervisor y discute las metas y expectativas que esperan de ti.
Enuméralas y trabaja al respecto, verás que ya nunca tendrán que darte indicaciones.
8. Planea tu día, todos los días
Una persona disciplinada se organiza y busca administrar su tiempo con eficiencia. Bien temprano en la mañana prepara una lista rápida de tus quehaceres del día.
Puedes incluir tareas vinculadas con tu trabajo o con tu día a día, como las compras de alimentos, ir a la lavandería o ejercitarte.
Lleva la lista contigo, ya sea en una aplicación de agenda electrónica de tu dispositivo móvil o en una simple hoja de papel.
Verifica con cierta regularidad los hitos cubiertos de tu lista, eso te dará sentido del orden y te ayudará si estás buscando cómo ser más disciplinado.
9. Enfócate en mejorar tu fuerza de voluntad
¿Deseas bajar de peso? parte de tu disciplina es alejarte de los menús de comida rápida y pasar de largo ante las tentaciones dulces de Häagen-Dazs, Magnum o Ben & Jerry’s.
Es difícil, ¡sí! Ser más disciplinado implica pequeños esfuerzos. Cada vez que vences la tentación te harás más fuerte y formarás carácter.
Conoce tus tentaciones y prepárate para la exposición a las mismas con anticipación, por ejemplo, si buscas comer sano y ahorrar, sal de compras solo después de haber almorzado.
Ocúpate de cumplir tu lista de tareas cuando las tentaciones con las que luchas estén menos disponibles.
10. Come en horas regulares
No solo te brinda mayor sensación de orden y disciplina, hay una razón médica y biológica para comer en horas regulares.
Parul Agrawal, miembro del consejo de entrenadores de Forbes, nos explica que comer sano, variado y a intervalos regulares mantiene los niveles adecuados de azúcar en nuestra sangre, mejora la concentración y nuestra capacidad de tomar decisiones.
Por el contrario, bajos niveles de azúcar en la sangre dificultan la capacidad de resolución, hacen difícil concentrarse, debilitan nuestro autocontrol y nos predisponen a la hostilidad.
11. Visualízate y sé constante
Cuando haces las cosas con una razón firme te motivas, eso te hará más disciplinado. Toma un tiempo para crear la imagen mental del logro de tus planes y la grata sensación que eso traerá para ti.
Escribe el motivo o razón para ser más disciplinado y déjalo en un lugar visible, trae a tu mente esa sensación de logro y tus ánimos cobrarán fuerza.
No pongas excusas, enfoca tu mente y tus esfuerzos en eso que es tan importante y ponle constancia al menos el primer mes. Con el tiempo verás que se hace un hábito y podrás fijarte retos más ambiciosos.
12. Persevera, no te rindas
¿Cuántos de nosotros cometemos errores al primer o segundo día de emprender un cambio y de inmediato nos damos por vencidos? Si todos fuéramos, así no habría seres exitosos.
El ser exitoso no es cuestión de nunca caer, sino de levantarse rápidamente y seguir intentando. Te pongo el ejemplo de 24 increíbles personas que fracasaron antes de alcanzar el éxito.
De manera que no serás más disciplinado de un día para otro, es cuestión de perseverancia, de empezar con poco y ser firme.
No te preocupes por no fracasar, solo procura ser mejor esta semana de lo que fuiste la pasada. ¿No lo lograste?, reflexiona ¿cuál fue el obstáculo? Será esa disciplina en plena formación la que te ayudará a sortearlo.
13. Busca un entorno competitivo
La competencia es una condición muy humana. Nos ayuda a exigirnos más de manera permanente, porque nos da una imagen clara y externa, visible, de lo que queremos obtener.
Nos facilita enfocarnos en acciones tendientes al resultado esperado. Esa competencia bien puede ser un acuerdo entre amigos para alcanzar objetivos comunes.
Pero también (y fundamentalmente debe ser así) puede ser una competencia contigo mismo, en la que registres de manera metódica en tablas y/o gráficas los niveles de logro alcanzados cada día y cada semana.
La comparación de los datos históricos te da una buena idea del progreso y te permite establecer metas semanales para el mejoramiento.
¿Cuál es el proceso a seguir para ser autodisciplinado?
Con lo dicho hasta ahora, ya tenemos una imagen nítida de los diferentes elementos que componen la disciplina. En el resto del artículo nos concentraremos en la descripción del proceso a través del cual puedes aprender cómo ser disciplinado.
14. Describe los cambios necesarios
Identificado el escenario actual, describe con precisión el escenario deseable, es decir, los comportamientos, las ideas y las actitudes relacionadas con la disciplina que te gustaría adquirir como parte integral de tu vida.
No pienses en muchas metas porque serán irrealizables de manera simultánea. Aquí se aplicaría bien el dicho popular de que “el que mucho abarca poca aprieta”.
Si te planteas muchos retos, tu capacidad de reacción no solo se dividirá sino que se desbordará y no lograrás avanzar. En cambio, si te defines una o dos metas, tendrás el control de la situación y la posibilidad de cambio en tu mano.
Elige aquellas metas globales que estén en la base del problema, y que sean el punto de partida para que el resto de conductas no deseadas también cambien en un efecto dominó.
Al definir las metas u objetivos de trabajo, trata de ser lo más preciso y descriptivo posible. La claridad que logres en este punto será la piedra angular sobre la que se fundamentará el resto del proceso.
Para cada meta deberás definir los comportamientos o hábitos involucrados. Hacerte preguntas te será de utilidad:
¿Qué comportamientos, ideas y actitudes negativas debo modificar para lograr esta meta?
¿Qué comportamientos, ideas y actitudes positivas que ya tengo me pueden ayudar a alcanzar la meta?
En esta última pregunta, lo que más te auxiliará en el proceso de mejoramiento personal son aquellos principios que mejor te describen, tus cualidades o valores sobresalientes.
Aférrate a ellos e involúcralos como parte del proyecto. Por ejemplo, si un valor fundamental para ti es la puntualidad, haz que esa conducta controle la realización disciplinada de los compromisos adquiridos.
Si es el respeto al otro lo que más te importa, haz acuerdos con amigos o familiares y comprométete con ellos a cumplir con las metas establecidas.
15. Busca Modelos
Una forma básica de aprendizaje a lo largo de toda la vida es la de usar modelos como referentes. Los modelos son personas cuyo comportamiento nos parece digno de imitar y tomamos como ejemplo de vida.
Si piensas en tu propia historia de vida, verás que hay personas que te han marcado y a las que, de manera consciente o no consciente, has imitado o modelado.
Esos modelos pueden ser tus padres, familiares, amigos, maestros, figuras públicas o alguien que admires. Un ejemplo claro de este fenómeno son las pautas de vestido y comportamiento derivadas de la imitación de los modelos presentados por la música, la televisión y el cine.
PElije una o varias personas que se caractericen por tener hábitos adecuados en cuanto a disciplina se refiere, preferiblemente con historias semejantes a la tuya, y plantéate preguntas como las siguientes:
- ¿Qué hace que esa persona sea disciplinada?
- ¿Cómo lo logra?
- ¿Qué lo motiva?
- ¿Qué comportamientos específicos lo definen como una persona disciplinada?
- ¿Qué puedo aprender de esa persona?
- ¿Cómo controla las distracciones?
16. Identifica los obstáculos
Los caminos nunca están libres de piedras. Enfrentarás dificultades, amigos de juerga, presiones familiares e intereses propios que competirán con tu objetivo de ser disciplinado. Para adelantarte a esos posibles escollos, pregúntate:
- ¿Qué obstáculos se pueden presentar en el camino?
- ¿Qué personas de mi círculo social y laboral podrían interferir negativamente?
- ¿Qué eventos o causas específicas podrían dificultarte el cumplimiento de las metas?
Y, no menos importante:
- ¿Qué harás para controlar esos obstáculos?
- ¿Cómo evitarás, de manera asertiva, que otras personas te dificulten el proceso?
- ¿Cómo te anticiparás a los eventos que pudiesen debilitar tu empeño?
17. Ejecuta tu plan de acción
Manos a la obra. Ya te has evaluado, has planeado, has identificado con claridad tus objetivos y los posibles inconvenientes. Es tiempo de llevar a la práctica tu plan de cambio hacia la autodisciplina.
Aquí se reúnen varios de los elementos que hemos mencionado:
- Define por escrito tus metas
- Identifica y describe claramente los indicadores que te permitirán observar y medir real y objetivamente que hay cambios.
- Divide esas metas en unidades más pequeñas que sean manejables. Cuando el objetivo es muy grande se puede ver como un gigante inabordable, y generar ansiedad, miedo, inseguridad y dificultades para creer que lo lograrás.
En cambio, si tu meta grande se divide en pequeñas metas se verán como algo que puedes logar sin mayores problemas, generando mayor motivación, focalizando toda tu atención en esas unidades pequeñas y no en todo lo que debes resolver.
- Haz un cronograma con fechas precisas para alcanzar cada uno de esos objetivos pequeños. La sensación de control y de avance son fundamentales para mantener la motivación y seguir canalizando la energía en tus objetivos.
- Cuando te sientas estancado, revisa los problemas, las causas y los objetivos. Intenta encontrar el problema y hacer aún más pequeños los objetivos para que puedas superarlos y continuar en la senda.
- Ponte una fecha límite para el plan. Eso te dará mayor impulso para ser disciplinado en tu plan de cómo ser disciplinado.
18. Busca apoyo, manteniendo el control
Los proyectos, especialmente si son ambiciosos, se llevan a cabo más fácilmente si se tiene compañía. Comparte tus objetivos con personas cercanas, con las que tengas comunicación frecuente y que sepas que te pueden apoyar, más allá de darte palmaditas en la espalda.
Alguien que te ayude a examinar de manera objetiva los avances y que vaya contigo al lado apoyándote cuando estés débil o dudes de poder hacerlo, siempre pensando en el cumplimiento de los objetivos.
No obstante, no olvides que la responsabilidad es tuya y solo tuya.
Otras herramientas para ser disciplinado
Adicionalmente, a lo mencionado en el proceso, puedes valerte de otras estrategias que harán más sencillo ejecutar el plan.
1.- Haz un compromiso sincero
Tu compromiso contigo mismo y con el cambio debe ser absolutamente honesto y profundamente consciente. Es la única manera de que no abandones frente a los obstáculos.
Una forma de fortalecer el compromiso es la de firmar un contrato en el que especificas con descripciones precisas cuáles son las acciones que te comprometes a cambiar para conseguir los objetivos.
No te servirá hacer una descripción global porque en ese caso no sabrás qué es lo que debes cambiar. Ese contrato también puede ser firmado con testigos que se comprometan a ayudarte.
2-. Desarrolla las actitudes relacionadas con la disciplina
Las personas disciplinadas también suelen ser entusiastas, proactivas, apasionadas y optimistas. Si desarrollas estas actitudes, será más fácil ser una persona disciplinada.
3.- Desarrolla una mente disciplinada
Cuando cambias tu mente, también cambias tus actitudes y tu comportamiento. Son tres dimensiones que no se pueden independizar.
Por eso, focaliza tu atención y piensa en tus metas, mejora tus estrategias de solución de problemas y usa la razón para continuar en tu propósito.
Así estarás desarrollando habilidades cognitivas imprescindibles en cómo ser disciplinado.
4.- Visualiza los resultados
Cuando te imaginas las consecuencias de ser disciplinado suceden dos cosas. Primero, logras identificar más claramente lo que debes hacer para lograrlo. Segundo, esa imagen y su significado de mejoramiento personal te motiva e impulsa hacia ese objetivo.
5.- Prioriza tareas y actividades
Haz de la planeación un hábito. Cuando estructuras de manera estratégica la realización de tus planes, identificas los niveles de prioridad y la secuencia en la que deben realizarse las acciones.
El orden dará fluidez al proyecto, además de darte seguridad, disminuirá la posibilidad de error y minimizar la injerencia del azar.
6.- Deja las quejas y excusas
Tanto las quejas como las excusas suelen ser formas encubiertas de autosabotearte y de decir que no puedes logar algo.
En lugar de perder el tiempo en este tipo de reparos, que no conllevan a ningún mejoramiento, continúa concentrado en ver las soluciones a los problemas. No crees problemas: acaba con ellos.
7.- No te quedes en el perfeccionismo
La perfección es inalcanzable. No te concentres en detalles irrelevantes. Acepta tus avances y logros y continúa focalizado en tus objetivos de ser disciplinado hasta que lo logres.
¿Qué es y para qué sirve la disciplina?
El diccionario de la RAE nos trae varios contextos para el término disciplina, tales como: un arte, ciencia, instrucción en lo personal, código coercitivo, ley o normativa.
Aquí nos enfocaremos al plano de la conducta y diremos que la disciplina es un compromiso de una persona en adoptar un “código de conducta” orientado a un logro.
La disciplina nos permite moldear un carácter, una imagen de amplia aceptación en la sociedad, tener autocontrol y orientar nuestro esfuerzo a logro de objetivos.
La disciplina está en todo; desde muy niños se nos enseña disciplina cuando nos piden acostarnos temprano, bañarnos cada día y lavarnos las manos antes de comer.
¿Por qué es importante la disciplina?
Hay disciplina en las escuelas, universidades, en las empresas, en el ejército, hospitales e iglesias. La disciplina nos brinda un “orden mínimo” para llevar a cabo las tareas de cualquier índole.
Nos forja un carácter, nos brinda constancia y autodeterminación. Una persona disciplinada logra sus objetivos, pues es cabal y perseverante.
A nuestro alrededor vemos personas disciplinadas, aquellas que madrugan, se ejercitan, llevan una alimentación saludable, rinden en trabajo, comparten en familia y sus logros son realmente envidiables.
Querer ser más disciplinado es buscar la manera de hacer las cosas de forma constante y eficiente, sin decaer ante el mínimo obstáculo.
Un poco más sobre cómo ser disciplinado
No quisiera cerrar el tema sin que abordemos otras interrogantes que pueden ayudarte a formar carácter, voluntad y determinación.
5 hábitos de disciplina
Como humanos somos seres de costumbres, hay hábitos constructivos y hábitos nocivos. 5 hábitos que te harán más disciplinado son:
- Duerme bien, acuéstate temprano y levántate temprano.
- Entrénate, ejercitarse mejora tu salud, elimina toxinas y reduce tu estrés.
- Come en horas regulares y con sosiego.
- Dedica tiempo a la reflexión, a pensar en qué esperas, qué obstáculos tienes y cómo superarlos.
- Premia tus logros con moderación, sé agradecido.
¿Cómo ser disciplinado y lograr el autodominio?
Robert Kiyosaki, el célebre autor de best seller en finanzas personales “Padre Rico Padre Pobre” tiene por lema “la confianza viene de la disciplina y la formación.”
Autodominio y disciplina se forman con confianza en uno mismo. No temas fracasar, del golpe también se aprende y las crisis son buenas maestras, entonces ¿por qué la inseguridad?
Confía en tus facultades, cultívalas y toma conciencia de eso que te aparta de tus logros y te hace indisciplinado, plantea tu propia estrategia para dejar lo nocivo a un lado.
¿Cómo saber si una persona es disciplinada?
Una persona disciplinada es imagen de buena presencia, puntualidad, compromiso, orden.
Una persona disciplinada actúa con base en la normas, difícilmente se deja llevar por el impulso, siempre será elocuente y sus armas serán el enfoque y razonamiento.
Un ser disciplinado asume retos, se prepara con antelación y si comete un error, aprende de él y es persistente.
¿Reúnes algunos de estos talentos? Si no estás muy segur@ lee nuestra guía sobre cómo descubrir tus talentos.
¿Qué es ser disciplinado en el trabajo?
Una persona disciplinada en su trabajo es puntual, mostrará siempre disposición, es organizada, toma nota y nunca estará esperando que le digan qué hacer.
Se esmera en cumplir las expectativas de sus superiores y de sorprenderlos con mejores maneras de hacer las cosas.
Un ser disciplinado busca maneras de ser productivo, se enfoca y siempre visualiza un lado positivo de las cosas.
¿Cómo fortalecer la voluntad de una persona?
Toda gran marcha comienza con pequeños pasos. Para fortalecer la confianza y la voluntad de una persona nada mejor que fijar metas simples y alcanzables.
Cuando haya mejorado en su desempeño, cuando domine el terreno podrá ir por objetivos un tanto más complejos o de mayor alcance.
Premia sus logros, la sensación de logro fortalecerá su carácter, siempre hazle saber que va bien o qué debe y cómo puede mejorar.
Es hora de dedicar unos minutos a la lectura de las 21 maneras para superar el síndrome del impostor.
¿Cuál es el valor de la disciplina?
Sin disciplina no podremos ahorrar para nuestros más anhelados proyectos, no podríamos bajar de peso, ejercitarnos, ni comer sano.
No habríamos alcanzado nuestro título profesional, ni ese trabajo con el que nos sentimos identificados.
El empresario y autor de 34 libros de motivación Jim Rohn inmortalizó la frase: “La disciplina es el puente entre nuestras metas y los logros”.
No hay algo que podamos lograr sin coraje y disciplina.
¿Cómo ser disciplinado y lograr el autodominio?
La disciplina es cosa de carácter, no se logra de la noche a la mañana, una persona disciplinada logra autodominio cuando:
- Se organiza, planifica con antelación
- Establece prioridades y fija propósitos claros
- Fija metas para cada propósito
- Enfoca sus recursos y capacidades hacia el logro de sus objetivos
- Cree firmemente en sus fortalezas
- Es buen aprendiz, incluso de sus errores
- Es insistente.
¿Cuáles son los beneficios de ser disciplinado?
Ser disciplinado te pone un paso adelante en el logro de tus objetivos, la disciplina permitirá que hagas el mejor uso de tu tiempo y que seas capaz de cumplir diversos roles.
Si eres disciplinado los demás verán en ti alguien con presencia, organización y convicción, alguien capaz de liderar y que sabe lo que quiere.
No es temerario decir que con disciplina no hay meta imposible, no lo he inventado yo, lo dijo Theodore Roosevelt.
¿Cómo es una persona disciplinada?
Una persona con disciplina es la reunión de innumerables cualidades y atributos.
Un ser con disciplina es seguro de sí mismo, es optimista, es proactivo, es previsivo, fija metas, organiza y valora su tiempo, aprende de todo, hasta de las adversidades.
Una persona con disciplina es faro de luz, es elocuente, reflexivo, nunca impulsivo, es estudiosa, respeta, sabe tratar a los demás, se enfoca en el logro, sabe priorizar.
Es firme, persevera, es agradecida, es un ávido lector y siempre se supera a sí misma
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¿Cómo ser disciplinado en el deporte?
Practicar deporte es disciplina. Una persona disciplinada en el deporte enfoca su tiempo y energía en alcanzar metas y mejorar de forma progresiva.
Todos con disciplina podemos llegar a ser buenos en un arte o un deporte, solo hay que comenzar desde abajo, desde lo más básico.
¿Queremos ser maratonistas? No podemos inscribirnos en un 15K y ya. Comenzamos con levantarnos temprano y caminar unos diez minutos alrededor de nuestra cuadra, cuando nos parece poco aumentamos la distancia y el ritmo.
Lo mismo aplican los deportistas, aumentan sus metas en la medida de su rendimiento y nunca descuidan, son constantes.
¿Cómo ser disciplinado en la escuela?
Como todo en la vida, la disciplina es constancia y dedicación.
Si queremos que nuestros niños sean disciplinados en la escuela debemos hacer que valoren el tiempo, el dinero y las responsabilidades desde muy pequeños.
Los japoneses son extremadamente disciplinados porque desde muy niños aprenden el significado del trabajo duro, se les enseña a ser competitivos, resolutivos y autónomos.
Un afecto silencioso, un regaño en privado y un premio al esfuerzo pueden forjar mucha disciplina dentro y fuera de la escuela.
¿Cómo adquirir disciplina y voluntad?
Entrepreneur.com ha dedicado un par de reseñas a responder ésta pregunta. En síntesis reforzarás tu voluntad y podrás ser más disciplinado si:
- Eres reflexivo, tomas conciencia de tus puntos débiles y los refuerzas.
- Mantienes a margen las tentaciones
- Estableces metas sencillas y acciones para alcanzarlas
- Forjas hábitos simples
- Te ejercitas en un área que te apasione
- Duermes bien
- Comes en intervalos regulares
- Premias tus logros
- Perseveras.
Parte de forjar un carácter y voluntad es saber decir no a todo lo que pueda ser nocivo o tóxico.
¿Cómo desarrollar disciplina y constancia?
La constancia es la habilidad de mantener un hábito o un esfuerzo en el tiempo. La disciplina y la constancia van de la mano, no puedes ser disciplinado si no eres constante.
Para ser constante y disciplinado debes planificar, fijar el curso de tus acciones y una frecuencia para actuar y medir tu avance.
Debes apartar tentaciones y distracciones, ser paciente, pues no podemos pretender ser más disciplinado o ser mejor persona de la noche a la mañana. Es un esfuerzo paulatino que implica tiempo.
¿Cómo cultivar la disciplina?
Ya hemos abordado que la disciplina se cultiva fijando un norte y dando pequeños pero decididos pasos.
Para cultivar la disciplina debemos comenzar con retos simples y enfocarlos con determinación.
Poco a poco iremos ganando terreno, arando confianza y haciendo más rigurosas las metas. Como un efecto dominó iremos abarcando distintos espacios en la medida en que logramos hitos.
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¿Cómo recuperar mi disciplina?
Iniciaste un camino hacia el cambio y ante el primer obstáculo caíste. ¡Levántate y sigue andando! perdónate y continua, aunque debes aprender del error.
No te quedes anclado en la culpa, la debilidad, la rabia; determina cuáles son las causas de tu indisciplina, apártalas y enfócate de nuevo en esa anhelada meta.
¿Te gustaría comentarnos tu forma de ser más disciplinado?
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